Por Aldo Moretti
En medio del narcoescándalo, las denuncias por presuntas coimas que involucran a su hermana Karina, el fallido “salvataje” político de Donald Trump hacia su gestión y una mística marcada por la estética de Star Wars y el universo postapocalíptico de Mad Max, el presidente Javier Milei brindó un show para sus fanáticos en el Movistar Arena.
Así, el mandatario anticasta se erigió como frontman de su propia banda, combinando performance política, rock y relato ideológico en un mismo escenario.
Durante el espectáculo interpretó El rock del gato (Ratones Paranoicos), No me arrepiento de este amor (versión de Ataque 77), Dame fuego de Sandro, rebautizada como “Kuka tirapiedras”, Hava Naguila y Libre de Nino Bravo, entre otros temas.
Durante su interpretación final, bajó del escenario para saludar a ministros y funcionarios presentes, entre ellos Sandra Pettovello, Federico Sturzenegger, Patricia Bullrich, Luis Petri y Martín Menem. También se abrazó efusivamente con Diego Santilli, quien reemplazaría a José Luis Espert como candidato por la provincia de Buenos Aires.
En un tramo del acto, Milei rindió homenaje a las víctimas del atentado de Hamas en Israel, reafirmó su apoyo al Estado israelí y criticó el “antisemitismo de la izquierda y los wokes”. Además, presentó un video generado con inteligencia artificial en el que se representa como Luke Skywalker (de Star Wars) enfrentando a Cristina Kirchner en el rol de Kylo Ren.
El evento culminó con la canción Capitalista de Charly García y un mensaje a los asistentes: “Ustedes son el futuro y quienes harán grande a Occidente”.
La presentación, cargada de simbolismo político y referencias culturales, dejó en evidencia cómo la Argentina asiste, en plena era de la postracionalidad, a una sociedad del espectáculo donde la política se convierte en un producto de consumo, con el propio Milei como protagonista central.