En el día del fotógrafo, de Carlos Finozzi , para su padre Ramón

Apenas la luz se filtraba por las persianas, iluminando el polvo suspendido en el aire, me transporto de regreso a la pequeña sala que fue tu estudio, Papá. Un lugar donde el tiempo parecía ralentizarse, donde cada clic de tu cámara era un segundo robado al olvido.

Cierro los ojos y puedo verte. La máquina de fotos, tu extensión, el reflejo de una vida dedicada a capturar instantes. Recuerdo tus manos, expertas y pacientes, ajustando el enfoque, pidiéndole a las familias que sonrieran «como si hubieran ganado la lotería» jaja. Y ellos sonreían, todos, sin saber que en ese simple gesto, estabas guardando un pedacito de sus almas para la posteridad.

Fuiste el guardián de nuestros recuerdos. Desde bautismos hasta bodas, desde niños con rodillas raspadas hasta abuelos con arrugas de sabiduría. Cuántos rostros han pasado por tu lente, cuántas historias se tejieron en ese estudio impregnado de olor a revelador. Historias que nos contabas después, con ese brillo especial en los ojos. La pareja de novios muy enamorados, el bebé que no paraba de llorar… Cada anécdota, un tesoro.

A veces, la gente mayor, viene al negocio, con la mirada nostálgica y el pelo blanco, y me emociona cuando me dicen: «tu papá nos sacó la foto de nuestra boda…». Y me doy cuenta de que esos novios de tu foto son ahora abuelos, incluso bisabuelos. Esas palabras me dan la certeza de que tu arte sigue vivo, que tu memoria vive en cada uno de ellos.

Y aunque ya no estás aquí para contarnos más, tu legado sigue vivo en las fotos que adornan las paredes o en un viejo mueble…o una repisa, en los álbumes que pasamos de mano en mano. En cada sonrisa congelada en el tiempo, en cada mirada que nos devuelve al pasado, sé que estás ahí, en cada rincón, en cada papel.

Hoy, en el Día del Fotógrafo, miramos al cielo y te enviamos un abrazo lleno de nostalgia y de amor. Porque aunque ya no estés con nosotros, tu arte, tu magia, tu amor por la vida, perdura en cada recuerdo que creaste. Por siempre en mi corazón, viejo querido, por siempre en la memoria, tu alma y tu oficio. El Fógrafo del Pueblo, la luz que capturó el olvido. Te extrañamos, Papá.

fb-share-icon